Mi reflexión de año nuevo…

A escasas horas de terminar este año 2013, me doy cuenta de que no preparado mis propósitos de año nuevo (como si alguien los cumpliera) ni he hecho mi clásica reflexión de fin de año.
No ha sido un año fácil, lleno de muchos cambios, la mayor parte de ellos involuntarios, pero no por ello hay que decir que ha sido malo. Si me hubieran preguntado hace unos meses que qué pensaba del año en curso, hubiera dicho que bien, que como otro más. Si me hubieran preguntado hace unas semanas, hubiera dicho que ha sido un año de mierda y que estaba deseando que acabara. Pero me lo pregunto hoy, día 31 de diciembre, y digo que ha sido un año que me ha hecho crecer, y eso no puede ser malo.
Miro hacia atrás y me doy cuenta de lo mucho que ha cambiado mi vida en estos meses, de una forma más radical de lo que esperaba. Los cambios bruscos son los que nos hacen crecer y evolucionar, son los que nos incitan a descubrir nuevas cosas, a aprender, a desarrollarnos como personas, a salir de lo conocido y de las costumbres y asumir que el mundo gira, y que nada es como era y nada es como será.
Quizás, la lección que más me ha gustado aprender es que la vida es única… y maravillosa… Y MUY corta. El mañana no existe, tan solo el Aquí y Ahora. Tenemos que aprender que cada segundo que pasa ya no se repetirá jamás, que las oportunidades son únicas, que hay que vivir cada día como si fuera el último, exprimir al máximo cada experiencia, cada descubrimiento, cada momento, cada palabra, cada pensamiento, cada persona, cada sentimiento. No hay que confiar en eso que harás más adelante, hazlo ya, porque se escapa. VIVE INTENSAMENTE porque si no, no habrás vivido.
También he descubierto que el mejor regalo es una sonrisa, un abrazo, un beso. Que no hay nada como el calor del amor y que debemos dar gracias cada día por aquellas personas que nos hacen sentir queridos y únicos, por aquellos que borran las lágrimas y esbozan sonrisas, por los que te ayudan a levantarte cuando te caes, por los que te apoyan… Pero sobre todo, por los que te hacen creer en ti, por los que te incitan a aprender. No estamos solos, somos 7000 millones de personas, por lo que nos queda mucha gente por conocer, MUCHA, y eso es maravilloso, así que mejor no perder el tiempo con aquellos que no merecen la pena o que te hagan sufrir, aquellos que son egoístas y no quieren compartir la vida. Buscad almas verdaderas y sinceras, no abundan, pero las hay. Buscad esas personas con las que los minutos no pasan, con las que cada pequeño elemento es un mundo por descubrir.
Hay que ser inquieto, curioso, aventurero… Que si paras en algún momento sea para recuperar el aliento y no porque no puedas seguir. Quitarse las cadenas y descubrir la realidad. Descubrir el mundo. Descubrir la vida. Persigue tus sueños, por muy altos que estén, porque si realmente unes todas tus fuerzas, lo conseguirás. Ha sido un año en el que han surgido muchos proyectos, y por ello debo de sentirme poderosa, porque tengo el poder de cumplirlos.
No sabemos dónde estaremos en una semana, en un mes, en un año… Pero mir dónde estás ahora y aprovéchalo. Y, si no te gusta, cámbialo.
No dejéis de sonreír, ni de soñar, ni de moveros, ni de aprender, ni de decir te quiero, ni de abrazar, ni de sentir…
Yo saco de este año, las ganas y las fuerzas para el que viene. Me quedo con la ilusión y con los recuerdos buenos. Lamento las pérdidas y ato más fuerte a los que quiero que se queden a mi lado. Y, sobre todo, me quedo con la creencia de que aún me quedan muchas cosas por descubrir, aprender y hacerlas mías, y es una sensación maravillosa.
Feliz 2014